Como dice el refrán: "En Abril aguas mil" y doy fe de que se esta cumpliendo.
Diego Buru y su charanga "los notas" nos invitaron a los chones el buru y los sobrinos a pasar un fin de semana en Pradoluengo, y para allá que nos fuimos. Días antes nos vimos unos cuantos para quedar e ir de la mejor forma posible con el menor numero de coches, y como siempre Fernando me lió. Por una cena cogi mi bici, mi casco y mi chubasquero y pál pueblo de Diego que me fui, Nacho vino desde Francia y de Aranda: Ruba, Andrés, Javical y Zayas. Por Burgos nos presentamos Jito, Jorge, Iván, Noelia, Antonio, Samu y los que ya nombré antes (perdón si me olvidé de alguien).
La acogida fue por turnos, unos tuvieron recoger a Andrés, que casi se queda en tierra (aun no se muy bien por qué). Antes de hacer los pasacalles nos alojamos en el albergue, nos tomamos unas cervecitas y decidimos que para que todo el pueblo se enterase de nuestra llegada nos dividiríamos en dos. Saliendo unos del albergue y otros de la plaza de toros, para encontrarnos en la plaza mayor y seguir juntos con el desfile. La gente nos seguía igual que si fuesen las fiestas. Diego se preocupo porque tocamos mas de lo que el creía que haríamos; se retrasó la cena. Siempre que estamos disfrutando no nos fijamos en la hora y si me apuras casi ni en el hambre que podemos llegar a tener.
La cena, bien gracias. El segundo se quemó un poco, pero había entrantes y primero de sobra para todos. Después de los postres Pedrito tenía muchas ganas de tocar así que monto lo suyo y los demás nos fuimos acoplando, que tío, suena como una sirena de barco con lo menudo que es. Al finalizar la sobre mesa nos fuimos todos de ruta nocturna, conocimos todos los bares y algún que otro rincón oscuro. Poco a poco nos fuimos dormir, casi todos de madrugada, salvo Álvaro y alguno mas como Jito, se dedicaron a dar dianas por el albergue.
Ya en Domingo, y la gran mayoría preparados para dar un pasacalles, vino Samuel (dice que fue a una boda), nos dirigimos a la plaza mayor y una vez allí tocamos cada charanga unas piezas, damos gracia a la lluvia por respetarnos un poco. Cayó un aguacero cuando nos íbamos a comer una buenísima olla podrida.
Gracias Diego, a ti y a tu charanga por tratarnos tan bien y hacernos como en casa.
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